MANTEO DEL PELELE
De nuevo este año, el domingo de Carnaval, hemos realizado el Manteo del Pelele, elemento del carnaval complutense bastante peculiar y
significativo que se dejó de celebrar en las primeras décadas del siglo XX, .
Una
costumbre que realizaban grupos de mujeres en estas señaladas e irreverentes
fiestas de carnaval, clara muestra de la inversión de papeles que en ella se
produce.
Se
elaboraban con ropas viejas que rellenaban de esparto y paja para luego ser
manteados por las calles y plazas a los gritos de: ¡Al aire con él, al aire, al
aire! O también ¡Arriba con el risión!, al tiempo que se les cantaban
cancioncillas de burla y mofa. No en vano representaban el orden establecido,
el poder del hombre, el responsable durante siglos de su postración y del papel
secundario al que este les había relegado en la sociedad. Nos dicen los
testimonios de la tradición oral alcalaína que, los
chicos y los hombres intentaban arrebatárselos y las mujeres y las niñas les
espantaban a escobazos. Terminaban colgados con los brazos en cruz de una
cuerda que tendían de una casa a otra en la Puerta de Santa Ana.
Hoy las figuras de los
peleles queremos que tengan otro significado, su manteo, el manteo de aquello
de lo que a cada cual no nos guste y que queramos sacudirnos de encima
mandándolo a lo alto para que se lo lleven los nuevos vientos que traen las
fiestas de carnaval que no son otros que los que anuncian la llegada de una
nueva primavera que nos vivifique.
Vamos vestidos a la usanza de principios del siglo XX.
pos de mujeres en estas señaladas e irreverentes fiestas de
carnaval, clara muestra de la inversión de papeles que en ella se produce.
Se elaboraban con ropas
viejas que rellenaban de esparto y paja para luego ser manteados por las calles
y plazas a los gritos de: ¡Al aire con él, al aire, al aire! O también ¡Arriba
con el !, al tiempo que se les
cantaban cancioncillas de burla y mofa. No en vano representaban el orden
establecido, el poder del hombre, el responsable durante siglos de su
postración y del papel secundario al que este les había relegado en la
sociedad. Nos dicen los testimonios de la tradición oral que, los
chicos y los hombres intentaban arrebatárselos y las mujeres y las niñas les
espantaban a . Terminaban colgados con los brazos en cruz de una
cuerda que tendían de una casa a otra en la Puerta de Santa Ana